José Luis Pérez Olmedo «Mingorance»

José Luis Pérez Olmedo «Mingorance»

El pasado 5 de junio fallecía José Luis Pérez Olmedo, el popular y querido «Mingorance», un hombre de alma limpia y siempre agradecido con la Torrevieja que le ha acogido durante 36 años que hace desde que se estableció. Su mayor ilusión y recompensa era lograr la sonrisa de un niño como un gran PAYASO que era, así con letras mayúsculas.

No importaba la edad, si era pequeño o más grande, si tenía capacidades distintas o si su lenguaje era diferente. «Mingorance» es de esos payasos de raza que dio España, formado en el Circo Price de su Madrid natal. Pero José Luis era un comunicador nato y en un cruce de caminos se encontró en su día con los «Ramonet» de Orihuela, los memorables charlatanes y estos le abrieron sus puertas, sabiendo hacer del modo tradicional de comerciante un estilo propio. Tanto fue así que «Mingorance» se trajo a Torrevieja hasta cinco campeonatos de España de charlatanes, otorgados en las fiestas de San Antón.

José Luis Pérez formó parte de la brigada municipal de servicios, pero siempre estuvo dispuesto a pintarse la cara y alegrar todas las fiestas y conmemoraciones que requerían su presencia.

«Mingorace» se ha marchado al circo del cielo, estoy seguro de que allí ya está logrando la sonrisa de pequeños y mayores.

Nacido en el barrio de Vallecas, Madrid, fue el séptimo de nueve hermanos en una familia numerosa, hijo de Paco Pérez e Isidra Olmedo. De profesión, mecánico frigorista; de vocación, payaso. Se enamoró del arte del clown al ver a su padre trabajar en el Circo Price de Madrid, en la época de Popov, Teddy y Pinito del Oro.

El destino lo trajo a su Torrevieja —como él la llamaba—, ciudad que amó profundamente. Siempre que había un evento, participaba junto a sus hijos haciendo parodias de su padre o creando nuevas de su propia inspiración.

Tal era su talento, que en una entrevista, el periodista Matías Prats Cañete le dijo:

“José Luis Pérez Olmedo, vas el primero en la tabla. Utilizas bien el habla… y yo hago lo que puedo.”

Deja a su mujer, cinco hijos y seis nietos. Amaba Torrevieja y a sus gentes, y lo demostraba en cada paso que daba. Siempre con una sonrisa, con amabilidad, y haciendo todo desde el corazón.

Cada vez que tenía la oportunidad, regalaba actuaciones como payaso solo para ver feliz a la gente. Tanto era así que en su estado de WhatsApp aparecía una foto suya y un mensaje que resume su legado:

“Sonría, por favor.”

Esa era su mayor ilusión.

 Descanse en paz.

Francisco Reyes

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