Cuaderno de otoño IV: Río profundo

Cuaderno de otoño IV: Río profundo

Visitas a urgencias. Caídas. Llamadas al amanecer. Hay todo un protocolo, una rutina, de los padres mayores. No quieres pensarlo, pero sin querer vas entrando en ella con tu madre. Tú y tus hermanos, claro. Y ella, por supuesto. Hay que tomarlo todo con la mayor naturalidad. Ahora es cuando la esperanza hace su verdadero acto de presencia.

Estoy en la puerta del hospital, sentado en un banco justo a la entrada de urgencias…esperando. Escucho en el teléfono la canción How Deep the Father´s love for us. Es una grabación acústica de un tema muy profundo, espiritual. A mi lado, en otro banco, un chico y una chica. La chica lleva la pulsera del hospital y el apósito de una vía. El chico la mira y suavemente coloca su brazo alrededor de ella, en un abrazo tranquilo pero seguro, confortable. Sigue sonando la canción…

Oficialmente el otoño comienza hoy, lunes, justo al inicio de la semana. 

Ningún poema 

te puede retener:

día de otoño.

En los días malos agradezco poder escribir. Cada vez más. ¿Y si escribir es la respuesta a muchas de mis preguntas?

Toma de posesión de la Junta Diocesana de Cofradías y Hermandades de Semana Santa. El acto tiene lugar en la pequeña capilla del obispado. Primero celebramos la eucaristía. Después, ya verdaderamente alimentados, bendición e imposición de las medallas. Uno a uno vamos haciendo la promesa, mano derecha sobre la Biblia y frente a un crucifijo. Y esas palabras finales de la fórmula: “…con la ayuda de Dios”. Así deberíamos comenzar todos nuestros días y todos nuestros proyectos.

Viendo un documental sobre libreros y librerías en Nueva York aparece, en un momento fugaz, un verso que anoto en mi cuaderno. “Mi alma se ha vuelto profunda como los ríos”. Muchas veces me pasa eso. Un verso, una frase, un aforismo, llaman mi atención y necesito averiguar quién lo escribió, en qué libro se encuentra y, finalmente, leer ese libro y subrayar esa frase. Es como una labor detectivesca. Pues bien, ese verso que me ha llamado tanto la atención y que ha detonado algo en mi interior es del poeta norteamericano Langston Hughes. Busco y leo el poema repetidas veces. Hay algo en él que trae a mi memoria, por pura asociación de ideas, una canción, un espiritual, que se titula Deep River (Río profundo). En una película de John Ford, creo recordar que en El sol siempre brilla en Kentucky, se cantaba esta canción en la parte final. Un documental, un verso, un poema y un poeta, una película. Así es como, poco a poco, se va trenzando una cadena; una referencia te lleva a otra y así sucesivamente. Nunca sabes dónde te va a llevar el siguiente eslabón. Es un bonito viaje…río arriba.

Es domingo y escribes tranquilamente. La luz entra por la ventana y un cierto silencio reina en la calle. Una taza de té humea a tu lado. Todo es un sencillo milagro.

Marco Antonio Torres Mazón

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