Antoni Jakubowski
Crítico Musical
Una vez más, el público presenciaba algo increíblemente bello. Fue un instante fugaz, en el que la expresión artística, la emotividad y el talento se fundieron en un todo cautivador, formando un precioso concierto. La estrella del mediodía dominical en el Teatro Municipal fue la banda Unión Musical Torrevejense, dirigida por su director artístico, el maestro Carlos Ramón Pérez. El programa del concierto fue diseñado para mostrar las obras musicales de temática otoñal y a la vez presentar un conjunto que se entiende a la perfección en todos los niveles, especialmente emocionales y artísticos.
Una maravillosa introducción a la atmósfera otoñal fue la interpretación de una música del compositor belga Jan van der Roost (*1956), titulada «Viento Reluciente». La banda Unión Musical interpretó esta pieza corta y exuberante, de frecuentes cambios de compás y da un toque de música popular, con meticulosa precisión y una energía increíble. Un oído atento también pudo percibir las flautas tocando las brillantes ráfagas de viento.
Inspirada en el Parque Nacional de California, la composición “Yosemite Autumn” del compositor americano Mark Camphouse (*1954) rezuma tranquilidad, pero a la vez posee un rango dinámico significativo con el pianissimo final impresionante. Todas las partes solistas merecen una mención especial. Fue una interpretación casi impresionista de preciosos paisajes pintados con sonidos.
El coprotagonista destacado del concierto fue el percusionista de la banda Marcos Sánchez Paredes, quien interpretó el «Concertino» para marimba, acompañado por la banda, del compositor estadounidense Alfred Reed (1921-2005). La obra de tres movimientos comienza con «Nocturno», una pieza musical llena de melancolía y contemplación, entrelazada con la magistral y virtuosa cadencia del solista. Cada frase parecía flotar, creando una atmósfera de íntima reflexión. Los dos movimientos restantes del Concertino ofrecen al solista la oportunidad de impresionar con su técnica. El «Scherzetto», con aires bailables, y la «Toccata», inspirada en el swing jazzero, son piezas maravillosas que demuestran la destreza del intérprete, llenas de gracia, pasión, brillantez y energía. Esta fue una actuación de gran calidad, durante la cual Marcos Sánchez Paredes ofreció al público pura magia, creando una interpretación llena de fineza.
«Hojas de Otoño», una clásica canción del compositor húngaro-francés Joseph Kosma (1905-1969), la pieza conocida y apreciada, interpretada durante décadas en miles de arreglos e interpretaciones (aquí arreglada por Alfred Reed), inició la segunda mitad del concierto. Una lágrima de nostalgia inundó algunos ojos. Es una melodía increíblemente sencilla, pero universal en su belleza y sensualidad. ¡Una interpretación fascinante! Al salir del teatro, los ecos de «Withered Leaves» fueron los que más perduraron en mis oídos.
Una fascinante actuación de la Unión Musical Torrevejense, dirigida por el carismático Carlos Ramón Pérez, continuó con la composición de Philip Sparke (1951) «The Seasons». Siguiendo el ejemplo de sus famosos predecesores (Vivaldi y Piazzolla), Philip Sparke intenta presentar su visión musical de las cuatro estaciones. Los movimientos extremos, bailables y alegres, contrastan con el material bellamente presentado de los movimientos centrales. Lindos solos de flautas, corno inglés, clarinete y bajo clarinete.
La composición formalmente bastante compleja fue el Poema Sinfónico “Spartacus” de Jan von der Toost, compuesto de tres secciones. La primera de carácter oriental, luego la segunda de una calma soñadora y la tercera bastante agresiva con aires de marcha. El maestro Carlos Ramón Pérez extrajo con precisión los ritmos sincopados y los repentinos cambios de acción con su inmensa carga dramática. Fue una interpretación brillante y con una sonoridad potente digna del protagonista de este relato musical.
La cohesión y el excepcional nivel de esta composición y de todo el programa les valieron a los intérpretes una sonora ovación, lo que llevó a la banda a ofrecer al público un interesantísimo bis, con la participación del público el que al chasquear los dedos imita la caída de las gotas de lluvia. Con esta pieza la UMT se despidió definitivamente hasta la próxima ocasión.

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