Cuaderno de verano III: El silencio

Cuaderno de verano III: El silencio

Muchos justifican todo lo que está pasando en nuestra política nacional con lo único que ya les queda: el silencio.

Leo Rumor del río, un pequeño libro de Gabriel Insausti que está a medio camino entre el conjunto de breves ensayos en torno a ciertos escritores de aforismos y el personal diario de viaje, con el Bidasoa como protagonista. Buena compañía para estos días de calor bochornoso y de noches insomnes por la hoguera de san Juan. Y sí, ya está aquí mi clásica referencia a la única hoguera de san Juan que queda en Torrevieja y que tengo la inmensa suerte de tener en la esquina bajo mi casa, con su bingo y su música hasta bien entrada la noche. 

Masacre en Nigeria, donde continúa la presión enorme sobre ciertas comunidades cristianas rurales. Casi 200 muertos. Y la ausencia casi total de información en los tradicionales medios de comunicación. Curioso que no interesen estas noticias, cuando son el foco del que nacerán muchas cosas que vendrán después. 

Hay una fotografía muy bonita de la biblioteca de Hermann Hesse en su casa de Montagnola (Suiza). Es en blanco y negro. Las paredes, como es lógico, llenas de libros. Una silla. Un vetusto equipo de música para escuchar vinilos. Una suerte de sofá. Hay una estancia contigua, con una mesa, dos sillas y una lámpara. Y más al fondo todavía está lo que más me gusta: una ventana tras la cual se adivinan unos árboles y unas plantas del entorno rural en el que está asentada la vivienda. Es una vieja fotografía que me quedo mirando, ensimismado, y que tiene el poder de sugestión de hacerme sentir dentro de ella, como si pudiera entrar y coger uno de los libros de los estantes y comentar con el señor Hermann Hesse, en un perfecto alemán nunca aprendido, acerca de la última edición de los poemas de Rilke. Un leve e involuntario parpadeo me hace salir de la foto y volver a la realidad. Me despido de mi admirado Hesse hasta la próxima.

Soñar con una amiga que no lo está pasando bien. Soñar que en el sueño le doy un abrazo y le digo unas palabras de consuelo. Soñar, al despertar, que todo ha sido un sueño, incluido su dolor y su preocupación.

Tener la sensación de que todo se repite. Para bien y para mal.

El filósofo Julián Marías, uno de los más destacados discípulos de Ortega y Gasset y un pensador clave para entender la cultura española, decía en una conferencia que en ciertos momentos de la antigüedad clásica la esclavitud era perfectamente legal y sin embargo hoy nos escandaliza y nos parece algo de países atrasados y sin derechos. Bien, proseguía Julián Marías, lo mismo ocurrirá dentro de un tiempo cuando nos miren y vean cómo en muchos países se legisla a favor del aborto o de la pena de muerte. Me acuerdo de todo esto al ver, con tristeza y preocupación, las últimas noticias que llegan desde Inglaterra. Y la sensación de que, a corto o medio plazo, todo esto es, lamentablemente, una batalla perdida.

Marco Antonio Torres Mazón

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