Notas de primavera XI: Versos y oraciones y árboles

Notas de primavera XI: Versos y oraciones y árboles

Trabajé con J. durante unos años. Me llega ahora la noticia de su muerte, a los 48 años de edad. Un buen hombre en el trato que tuve con él. Mi oración para él y para toda su familia y amigos. 

La línea que separa lo que quieres decir de lo que realmente escribes es más fina que el papel en el que lo haces. Y, sin embargo, qué densa y larga distancia por recorrer. 

Recupero la costumbre de salir a caminar y correr un rato algunas tardes. Bueno, lo de correr es una forma de hablar, claro. Me viene muy bien para despejarme después del trabajo y me ayuda a concentrarme para escribir un poco después de cenar. Además, sigo desde hace muchos años el mismo trayecto, lo cual me permite conocer cada pequeño detalle del camino. A lo largo del año acompaño las estaciones con el cambiar del estado de los árboles que bordean toda la ruta. Ahora sus copas arrojan buena sombra, la que a partir del otoño comenzará a menguar con el lento caer de las hojas. Será entonces el crujir bajo tus pies de esa alfombra marrón en la temprana atardecida previa al invierno. Y vuelta a empezar con la nueva primavera. 

Mientras camino o corro suavemente suena la música en mis auriculares. Hoy, un disco de Ricardo Lezón y J. Limousin. Me gustan sus canciones porque hablan de mí y de las cosas que pasan con la edad: las crisis, las alegrías de lo pequeño, la pérdida del padre… Hablan de gente normal a las que les pasan cosas normales de la edad. Sí, creo que Ricardo Lezón ha escrito algunas de las canciones más hermosas y verdaderas de los últimos veinte años. Canciones que me han hecho y me hacen mucha compañía en mis pequeñas escapadas vespertinas, como la sombra de esos árboles que me esperan año tras año.

Viernes. En la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se estrena la Salve de la Esperanza, compuesta por mi querido amigo y admirado maestro Aurelio Martínez. Inicio, por tanto, de los actos de la inminente Coronación Canónica de la Virgen y celebración de los 40 años de historia de la Cofradía. Una tarde con la emoción cierta de las cosas sencillas. Los niños del Colegio la Purísima de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas elevan con sus dulces voces esa hermosa plegaria, que es oración y acción de gracias. También una ofrenda, en forma de flor blanca. La primavera reza así: con el aroma de la vida, esperanza de quien sabe que la muerte no tiene la última palabra.

Releo un libro de poemas de Adam Zagajewski. Muchos de sus versos se quedan a vivir una temporada en mi interior. Los regaré para que tengan fuertes raíces; para que den sabroso fruto y fresca sombra. 

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