Nos encontramos en una época en la que es necesario mantener el cuerpo y la mente siempre activa, ya que debido a las circunstancias que nos acontecen no podemos soñar con la libertad que muchos de nosotros quisiéramos. Para ello la forma más barata de evadirnos, de imaginar y a la misma vez de mantener abierta nuestra mente, es la lectura. Un buen libro nos transporta hacia un mundo imaginario que a la vez hacemos real nosotros mismos. Siempre se ha dicho que un libro, es un trocito de alguien, que nos deja plasmado en tinta y papel su sello, esa manera de narrarlo, de describir las situaciones, los paisajes, el entorno y con esa magia que tiene el lenguaje para hacernos partícipes de él. Mucha gente no entiende el valor de los libros, el poder que otorga a aquellos que practican el arte de la lectura es infinito.
Los libros son puertas que te llevan a la calle. Con ellos aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil. A través de ellos puedes amar, llorar, reír, sentir miedo, sentir frío y calor, notar la lluvia y hasta el mismísimo fuego eterno.
Que embrujo tendrá dicho arte que te puede transportar hasta los lugares más inhóspitos, viajando desde la Prehistoria a Grecia, cuna de la democracia. Desde mundos ficticios, que a su vez son tal reales, hasta el espacio, viendo desde la vía láctea lo infinito que es el universo. Estar junto a Colón en la Santa María, descubriendo el nuevo continente o frente a Gutenberg siendo partícipe de la primera impresión de la historia. Enamorar a una hermosa doncella a través de los poemas de Bécquer, transportarme al 17 de diciembre de 1927 al homenaje a Góngora, y estar rodeado de aquella maravillosa generación de ilustres como fue la del 27.
Estamos totalmente convencidos de que quién no se haya leído al menos un libro, no conocerá lo que es soñar, no sabrá lo que son los sueños. Mucha gente alude siempre al tópico “a mí no me gusta leer”, querido amigo, no es que no te guste leer, es que no has encontrado tu libro, todo el mundo tiene el suyo y le animaría a cada cual a que lo busque.
Entrevista Carmen Muñoz Vinal
Con motivo de la celebración esta semana del día del libro, hemos querido hablar con una amante de ellos, así como de su profesión. Se trata de la directora de la Biblioteca Municipal de Torrevieja Carmen Muñoz Vinal. La directora que lleva trabajando en la Biblioteca desde el año 2006 nos ha querido ofrecer su perspectiva sobre cómo ve la situación actual de uno de los lugares más importantes del municipio y cuna de sabiduría como es la Biblioteca Municipal que sigue apostando entre sus labores principales por la lectura y la educación.
Vista Alegre: ¿Cómo ha afectado la pandemia en la biblioteca?
Carmen Muñoz: El préstamo de libros ha disminuido bastante. Las actividades que normalmente se iban realizando no se han podido hacer con la frecuencia que se deseaba. Si que se pudo hacer algo más en verano, pero posteriormente se volvió a restringir y ahora parece que con el día del libro se van a reanudar algunas actividades con los aforos reducidos y todas las medidas de seguridad correspondientes. Los dos clubes de lectura que antes se juntaban para realizar las tertulias o reuniones sobre algún determinado libro, uno de ellos lo sigue haciendo de forma telemática y el otro hasta nueva fecha decidió no realizarlo.
V.A: En estos tiempos que corren, ¿sigue mucha gente leyendo?
C.M: En el momento que nos encontramos hay mucha menos gente que acude a las bibliotecas a leer o a coger un libro para llevárselo a casa. Esta situación no es por la pandemia, sino que más bien está relacionado con que la gente que se ha acostumbrado a las plataformas tipo Netflix, HBO, etc, y parece que la lectura ha pasado a un segundo lugar. Seguramente la gente volverá a la lectura como ocio, como hobby, pero ahora la sociedad se tira más por las plataformas de este tipo. Antes se leía mucho más.
V.A: ¿Crees que está época de la Sociedad de la Información es un problema?
- M: Esta claro que sí. Hay que mirar mucho más el mundo del libro, promocionar mucho más la lectura en los colegios e intensificar mucho más la actividad, ya que es básica para ser librepensadores. El que te den las cosas machacadas en la televisión no es lo mismo que te leas un buen libro y saques tus propias conclusiones.
V.A: ¿Qué edad predomina de usuarios en la biblioteca?
C.M: Destacamos varios perfiles; como estudiantes gente de los dieciséis hasta los casi treinta, también están los opositores que generalmente utilizan las instalaciones para su uso como sala de estudio. Otro de los perfiles es el de a partir de los cincuenta años, ellos, son lectores y consumen libros utilizando activamente el servicio de préstamo de la biblioteca. El otro grupo es el de los pequeños, los cuáles muchos de ellos han sido empujados de alguna manera por los padres para que lean. El género más demandado son las novelas.
V.A: ¿Qué se tendría que hacer para incentivar la lectura?
C.M: Que los colegios impulsen mucho más el valor de la lectura, al mismo tiempo que crezca el vínculo con la biblioteca, que la sociedad la vea como una institución imprescindible, es esencial para hacer una sociedad abierta y libre. El hábito de lectura se forma principalmente en casa. Siempre que un niño vea en casa que sus familiares leen va a tener ese hábito más a mano. Si no te ven leer, por regla general el niño no leerá. La cultura en casa y en la escuela es básica para que existan lectores y futuros escritores.
V.A: ¿Crees que existe mucha gente que no sabe las funciones básicas de una biblioteca?
C.M: Esta claro que sigue habiendo mucho desconocimiento a cerca de la función social que tiene una biblioteca y la labor principal y el gran valor en cuanto a cultura que aporta a una sociedad. Creo que además de las bibliotecas, existe otro sector que a día de hoy se encuentra en una profunda crisis como es el de las librerías y la función que cumple el librero en cuanto a asesoramiento. Se están perdiendo las sencilleces de ir a una librería y comprar o regalar un libro a alguien, preguntándole al librero sobre qué es lo que buscamos, es su labor y su función. Por ello, el mercado del libro tiene que encontrar una vía adecuada para volver a llegar a los que han sido y a los futuros lectores.
Cuentacuentos, el arte de acercar los libros a los niños
El género de los Cuentacuentos es un arte al alcance de muy pocos. No todo el mundo vale para contar historias que te lleven a lugares inhóspitos y que abran la imaginación de los niños para que despierten en ellos la curiosidad y el valor crítico. Por todo ello, y con motivo del Día del Libro el pasado viernes tuvo lugar en la Biblioteca Municipal la narración de un Cuentacuentos llamado Don Quijote de la Huerta y un taller de manualidades. Dicho acto fue realizado por el actor y director de la Cueva Melpómene Pedro Antonio Albadalejo Aniorte que ha sido el encargado de realizar el guion adaptado de la mítica obra de Cervantes, junto a la psicóloga y narradora Marcela Rojas. En dicho cuento se narra la historia de Don Quijote y Sancho, utilizando una cebolla y una zanahoria como símil de los elementos característicos de ellos. Pedro Antonio resalta el cambio que se ha producido a la hora de contar historias “ahora mismo, se ha transformado la forma de contar historias, ahora se mezcla la música, los diferentes tonos de interpretación, y al final se va enriqueciendo de una forma continua”. Ambos llevan trabajando hace más de tres años juntos y han elaborado casi 30 guiones de cuentos tanto para niños como para adultos. Mientras Marcela elige los cuentos Pedro los adapta elaborando el guion dada su faceta de artista, Marcela los narra con una pasión digna de enganchar a cualquier niño y adulto al relato. Otro de los aspectos importantes que tiene que tener un cuento es la forma de representarlo y para ello, dada las dotes teatrales de Pedro, cada cuento lo realiza de una forma diferente, sombras chinas, marionetas, disfraces, etc hacen que la imaginación y la curiosidad transporten al oyente a un mundo creado por uno mismo. “Lo que pretendemos con los libros es que los niños lleguen a ellos por placer y no por obligación o por castigo” asegura Marcela. En la actualidad tenemos la mala costumbre de obligar a los niños a realizar lo que éticamente es correcto, referido a esta cuestión Marcela afirma que “no hay nada peor para un niño que obligarlo a leer”. El taller de manualidades que se realizó fue de la creación de un libro a través de diferentes materiales y con la colaboración de padres y niños en la realización de las tareas.
La lectura y los libros permiten tener una base para afrontar mucho mejor los problemas que pueden a uno surgirle en la vida y afrontarlos con creatividad. Los libros abren ese camino a poder reflexionar a quererse uno mismo, a ser mejores personas ya que vivimos en un mundo donde la sociedad cada vez más se está deshumanizando. Por ello, sigamos leyendo y devorando libros, contribuyamos a crear un sociedad de librepensamiento, en definitiva, seamos más humanos.