Se celebró con éxito la jornada de confraternidad entre Carloforte y Torrevieja

Los orígenes de muchas familias torrevejenses que podrían proceder de la primitiva isla tunecina de Tabarca, fueron analizados el pasado domingo día dos en una mesa redonda que tuvo lugar en los salones del Casino. El acto se enmarcó en la visita de una delegación de la isla de Carloforte, una de las poblaciones de Italia que más personas aportó para la colonización de la isla, junto con otras de España. Muchos de aquellos apellidos como Parodi, Ruso, Bianqui, Rebagliato, Manzanaro y otros, se han mantenido hasta la actualidad entre los torrevejenses, por eso hace ya bastante tiempo que Maria Teresa Ruso Pacheco comenzó a investigar sobre este asunto e incluso visitó la isla de Carloforte hace unos pocos meses.
Para la preparación de esta jornada ha contado con Francisco Javier Mínguez Parodi y algunas personas más que recibieron con todo cariño a la delegación de Carloforte, integrada en su mayoría por miembros de la Asociación “Pro Loco”, entre ellos Margherita Crasto, Luigi Pellerano, vicepresidente de “Pro Loco “y Giambattista Repetto.
Toda la expedición se trasladó desde Alicante, desde donde tenían programada también una visita, a la isla de Tabarca o Nueva Tabarca. En Torrevieja visitaron las Salinas, el recinto de las Eras de la Sal, la Torre del Moro y el Puerto Marina Salinas, donde tuvo lugar una comida de hermandad.
En el acto del Casino fueron recibidos por la vicepresidenta de la entidad, Rosario Soler y estuvo presente el alcalde de Torrevieja, José Manuel Dolón. Ambos pronunciaron unas palabras de bienvenida y dieron paso a la ponencia que ofrecieron tanto María Teresa Ruso como Francisco Javier Mínguez, en la que relataron que la epopeya del pueblo tabarquino tuvo su origen en la isla de Tabarka, en la costa de Túnez, una isla regalada por el rey de Túnez al de España, tras deponer al Pirata Barbarroja que ocupaba el país. La Isla fue habitada por gentes venidas de Italia y España. Carloforte en la Isla de San Pietro (Cerdeña), fue uno de los que aportó más personas. Tras hacer prisioneros a muchos de los Tabarkinos, fueron liberados por el Rey Carlos III y estas familias de origen genovés, fueron asentadas en 1770 en la Isla de San Pablo o Isla Plana, frente a Santa Pola, rebautizada como Nueva Tabarca. Fue en esos tiempos cuando decenas de aquellos tabarquinos se desplazaron a Torrevieja para emprender una nueva vida. Se estima que fueron alrededor de 68 las familias que se trasladaron. Ruso citó los estudios que realizó en su día su tío, Antonio Rebagliato, quien incluso viajó a Génova, de donde también llegaron muchos de los primeros pobladores de Torrevieja después de las guerras napoleónicas.
Por su parte, Francisco Javier Mínguez señaló que este encuentro “es un punto de partida en la investigación de la cultura tabarquina de frontera, de supervivencia”.
También pronunció unas palabras el vicepresidente de la Asociación “Pro Loco” quien dio testimonio de sus objetivos de seguir manteniendo y transmitiendo el patrimonio cultural de los tabarquinos y se mostró partidario de continuar con el intercambio iniciado entre Torrevieja y Carloforte.
En el acto también intervino el ex alcalde de Torrevieja, Francisco Díez Martínez, quien recordó que en 1973 el Síndaco (alcalde) de Carloforte le remitió una carta de invitación con motivo de la visita que tenía previsto hacer a la isla alicantina de Tabarca. Díez resaltó “las muchas cosas que nos unen a los dos pueblos como es la cultura del mar Mediterráneo” y propuso que se inicie un hermanamiento oficial entre Carloforte y Torrevieja. Una idea que no cayó en saco roto y de la que se continuó hablando durante el resto de la jornada y especialmente en la comida de hermandad que, como no podía ser de otra forma terminó con el canto de habaneras por parte de los torrevejenses que acudieron.