Sergio Boj Bri
Torrevieja como objetivo
Sobre las seis de la tarde del día 17 de agosto de 1823, una milicia liberal formada por unos ochenta voluntarios al mando del capitán Don José Ximénez se embarcaron en la isla de Tabarca con destino a Torrevieja.
El Diario Patriótico de la Unión Española recoge con detalle este episodio de la Guerra Realista, que no es más que uno de los objetivos marcados por las tropas liberales de barrer la costa valenciana de la ocupación francesa, y más siendo Torrevieja una población un tanto estratégica que se encontraba entre Cartagena y Alicante.
Aquella tarde del 17 de agosto de 1823, partieron de Tabarca el falucho llamado “El Caballo” capitaneado por Bautista Viñes, el falucho denominado “El Humilde Liberal” con su capitán Juan Ramón Rochel y el laúd nombrado “El Valiente” con el comandante Pedro Marqués, junto con otros tres botes de pesca.
Un falucho es una embarcación no muy grande, aunque espaciosa por dentro, con la proa puntiaguda, y que se impulsa mediante vela latina, cuyo mástil está inclinado hacia proa, es decir, hacia delante. Por su parte, un laúd también es una pequeña embarcación impulsada mediante vela latina, aunque en este caso dispone de varios mástiles rectos, uno de ellos en la popa o parte trasera.
Siguiendo la narración del Diario Patriótico de la Unión Española, “hechos a la vela llegaron a la una de la madrugada del día siguiente al Cabo de Server, y noticiosos de que aquellos alrededores se hallaban infestados de algunas partidas de facciosos, desembarcó el capitán con sólo ocho hombres para hacer un reconocimiento”.
En Cabo Cervera puso pies en tierra por primera vez la expedición liberal que tenía por objetivo tomar la población de Torrevieja. Aunque el paisaje actual dista mucho de lo que encontraron en el año 1823. En la parte más alta del cabo, se encontraba una torre de vigilancia costera construida en el Siglo XV para advertir de posibles incursiones piratas y contrabandistas, la llamada Torre de Cap Cerver, hoy conocida como Torre del Moro.
Se trata de una estructura de planta circular construida en mampostería, de la cual la imagen que ha llegado a nuestros días es muy diferente a su origen. En torno a este edificio principal existían otros secundarios, formados por una vivienda para el cuerpo de guardia, un almacén y un aljibe. Se podía disfrutar de un impresionante paisaje desde lo alto de la torre, donde se divisaba desde el cabo de Santa Pola hasta la población de Torrevieja.
Parece ser que, la noche del 17 de agosto de 1823, la Torre de Cap Cerver no estuvo operativa, dado que los milicianos liberales pudieron arribar a costa sin ningún tipo de problema, e incluso cuando el Capitán José Ximénez reconoció la zona junto a otros oficiales no sufrió ningún tipo de enfrentamiento.
“No habiendo novedad y encontrando el camino libre, la flota prosiguió hasta arribar a la cala llamada del Salaret, donde pasarían la noche y descansarían hasta el amanecer”.
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