Sergio Boj Bri
El asedio. Parte 5.
Asediada Torrevieja y tomada por la guerrilla liberal, habiendo desmantelado los molinos, la torre y la batería de punta Cornuda, aún quedaba un último objetivo antes de garantizar su seguridad.
Una vez concluidos los objetivos marcados en tierra, para garantizar la seguridad era necesario revisar los diferentes buques que se encontraban fondeados en la bahía torrevejense, evitando así cualquier ataque desde el mar. Así pues, otro destacamento, liderado por el capitán Vicente López, se dirigió a apoderarse de “los corsarios enemigos que estaban fondeados en la Olla del Fuerte y cuya intención era la de abrir fuego contra los liberales”.
Según el Diario Patriótico de la Unión Española, fueron tres los barcos que neutralizaron sin sufrir baja alguna: “La Perla”, “el Gambo” y el “San Joaquín”, de los que hicieron varios prisioneros y se apoderaron de numerosos cañones y abundante munición.
El asedio a la Torre Vieja, terminó en esta ocasión con el triunfo de las tropas liberales y a los prisioneros se les dio la opción de jurar Constitución o muerte, aunque los combates seguirían, posteriormente, en Alicante.
El episodio del asedio de la Torre Vieja durante el verano de 1823 y en plena Guerra Realista es un hecho que mucha gente desconoce, incluso los propios habitantes de la población, y arroja a la luz la existencia, así mismo, de una estructura defensiva desconocida y desaparecida. Una fortaleza militar coetánea a la de Cádiz y anterior a muchas de las que se conservan en Cartagena e incluso que el castillo de San Fernando de Alicante y que no ha sido reconocida ni puesta en valor.
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