El escritor Andrés Neuman visita Torrevieja: “La literatura sale de un compromiso de observación intenso y de interés por cada detalle”

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El escritor Andrés Neuman visita Torrevieja: “La literatura sale de un compromiso de  observación intenso y de interés por cada detalle”

Andrés Neuman es una de esas personas a las que gusta escuchar, además de leer. Ganador del Premio Alfaguara y Premio de la Crítica 2009, el escritor hispanoargentino estuvo esta semana en la Sociedad Cultural Casino de Torrevieja haciendo una lectura comentada titulada ‘Paseando por las páginas’, en un acto organizado por la Sede de la Universidad de Alicante en Torrevieja y el CeMaB. Con él hemos hablado de letras, de su vida, de los inicios, y en sus palabras hay tanta belleza…

Vista Alegre: Has escrito versos, relatos, cuentos, novelas, artículos de prensa… ¿Cómo prefieres que te veamos, como poeta, como escritor, como ensayista…?
Andrés Neuman: He hecho distintas actividades, he sido profesor en la Facultad de Letras de Granada, he trabajado en la radio, he hecho artículos… En la radio es donde más cómodo me siento; en ese medio cada palabra tiene su valor, me gusta que cuando uno habla no tenga cuerpo y lo único que quede sea la palabra. La radio y la literatura tienen en común que uno se entrega a través de las palabras. Pero en la escritura nunca he sentido la necesidad de elegir, me interesa la frontera entre ambas. Este año saqué una novela, ‘Fractura’, y un librito de poemas que se llama ‘Vivir de oído’.
V.A.- ¿No es difícil cambiar de registro?
A.N.- En mi caso siempre he sentido el deseo natural de hacerlo, son dos extremos que tienen mucho en común y lo vivo desde la curiosidad. Mi sueño sería escribir una novela donde cada frase tenga su propia resonancia, como en un poema; o escribir un poema que cuente una buena historia. ¿Por qué no intentarlo? Todo experimento verbal tiene su aprendizaje y en mi caso así ha sido desde el principio, desde niño. Una parte de mí era muy narrativa y a otra le gustaba jugar con las palabras.
V.A. – Tus padres eran músicos, ¿por qué no elegiste ese camino?
A.N.- En su momento lo intenté, pero mi madre solía decir que a mí la música me salió por otro lado. La literatura se parece más al canto que a tocar un instrumento y después de estudiar varios instrumentos como la guitarra o el violín, me he dado cuenta de que lo que más me gusta de la música es entrenar el oído y aprender a escuchar. En esa escucha hay mucho de literatura, es extremadamente importante escuchar y ver lo que te rodea. La literatura sale de un compromiso de observación intenso y de interés por cada detalle. La literatura y también la música se componen de una mitad de escucha. Es una lástima que en esta sociedad no nos preocupen los sonidos del vecino.
V.A. – ¿Cuándo empezaste a escribir?
A.N.- Cuando era niño, tendría unos 10 años. Lo recuerdo como algo muy natural y lúdico, no hubo ceremonia de iniciación, como decía Bolaño. Para mí escribir era como jugar, formaba parte de mis actividades infantiles. Era un pequeño taller del que yo no era consciente y era uno de mis grandes placeres, como jugar al fútbol. Creo que empecé a escribir cuando empezaron a gustarme las palabras.
V.A.- Ahora que dices lo del fútbol, sabemos que te gusta mucho este deporte, por lo que no debes de ser de los que pide más cultura y menos fútbol, sino simplemente más cultura.
A.N. – ¿Si hubiese menos futbol leeríamos más? Si alguien me dice que si por cada partido que quitemos la gente lee más poesía, firmo. En el fondo me parece demagógico pensar que el futbol nos impide amar más la poesía. La pregunta para mí sería cómo vemos el futbol. Hay demasiado forofismo y nos olvidamos de la belleza del juego. Sería saludable tratar de cruzarlos más porque el futbol pertenece a un ocio que no conseguimos poetizar. En cualquier caso, debo decir que de adolescente a mí la balanza se me inclinó hacia las letras (risas). En ‘Fractura’ un personaje comenta que el futbol, el deporte más popular y que mueve más dinero, es el único que puede terminar 0 a 0. Una mirada poética sobre el futbol, el deporte más del pueblo, nos permitiría asombrarnos más.
V.A. – ¿Estás cansado de que te pregunten si te sientes argentino o español como si no pudieses ser de ambos sitios?
A-N. – Mi infancia y mi familia es de Argentina y la mayor parte de mi vida la he pasado en España. Sería muy difícil pararse a reflexionar cuál de las dos es más importantes, lo que necesito son puentes entre ambas orillas, que es la historia de mi propia familia que está llena de migrantes. En una época con un discurso tan apocalíptico sobre las migraciones, debemos recordar que el Homo sapiens evolucionó así, migrando. Argentina se formó con gente de todas partes, de Italia, de España, judíos, checos… Me pregunto si hay un país que no esté hecho de gente que viene y va.
V.A. – El otro día publicaron que como el 10 % de las plazas de profesores de secundaria quedaron vacantes por cuestiones de ortografía, ¿qué lectura hace un escritor de esto?
A.N. – Yo personalmente soy un maniático de la ortografía y me fustigo si me olvido de una tilde; pero dicho esto, me parece que hay cosas más urgentes en la enseñanza lingüística como desarrollar el gusto por la lectura o por la sensibilidad literaria, ayudar a la gente a construir un pensamiento lógico mediante el lenguaje oral y escrito o incidir en la comprensión lectora. La ortografía es importante, pero es una consecuencia; si se estimula la capacidad lectora, estas cuestiones serán consecuencias.